A raiz de la muerte de una pequeña niña, hija de Marisela, se me vino a la mente todos esos recuerdos del hospital, cómo empezó mi enfermedad, los peores y mejores momentos y sobre todo cuando me dieron de alta, no pude más de la felicidad. Cuándo veo gente que tiene cáncer en las noticias de cierta manera se me aprieta el estómago y la garganta, y es que no puedo evitar recordar los momentos, esos momentos en que tuve miedo a morir.
No quiero que ésto se transforme en un testimonio que de pena, ni mucho menos quiero dar pena, quiero contar lo que yo creo que mucho sentimos y es el miedo a morir o que muera alguien que quieras mucho debido a esta maldita enfermedad, el cáncer, creo que de cierta manera el cáncer te prepara para aceptar la muerte de alguien, aunque tu no lo quieras enfrentar sabes que en algún momento esa persona puede morir, a diferencia de una muerte por accidente, sé que todos vamos a morir, pero nadie nos prepara para eso, es más no tiene preparación, nadie quiere que mueran sus familiares, a no ser que esa persona este en profundo dolor o sufrimiento y lo único que pides es que descanse. Lo curioso que me paso a mi, fue que cuando me empezaron a salir moretones al tiro supe que era Leucemia, no googlee los síntomas porque sabía que eso me haría mal y me "cagaría" la psiquis, algo en mi me decía que era Leucemia, tuve mucho miedo de ir al doctor y decirle a mis papas que algo raro estaba pasando en mi, tenía miedo de ir y que ya fuera tarde, aunque dejaba pasar cada día, tenía miedo a que me dijeran "vas a morir".
Hasta que no dí más y le conté a mis papas, fui al doctor y me lo confirmaron, era Leucemia, ese día lloré porque aun tenía miedo a morir tan joven, recordé que no había hecho lo que siempre había querido, había perdido mi tiempo, lloré todo el día hasta que dije basta, yo no voy a morir de esto!, yo voy a salir a delante, sufrí, por mi, por mis papas, por mi hermana, mi familia y es que me ponía en su lugar, a veces agradezco de que esto me haya pasado a mi, porque si le hubiera pasado a cualquier miembro de mi familia hubiera muerto de pena, no sé apoyar, a veces no sé que decir, pero ellos supieron todo el rato de que decir y apoyarme, Gracias a Dios no tuve ninguna complicación y ya pasé el periodo de inducción, las quimioterapias, y ahora estoy en la mantención, donde lo único que duele es el bolsillo, las pastillas son extremadamente caras, pero eso ahora da lo mismo, creo que la salud y sus precios dan para otro post.
Cuando supe que la pequeña Rafaela había fallecido, se me apretó la garganta y corrieron solas las lagrimas, pensé por qué ella y yo no, por qué me dieron otra oportunidad y ella que era tan chiquitita llena de vida, por qué quitarle a los padres sus hijos, o a sus hijos sus padres. No tengo hijos, pero siento que el amor que siente un padre hacia un hijo es similar al que siente un hijo a sus padres, pensé que pasaba por la mente de Marisela, cómo dejas ir a tu hijo, como te repones a la muerte de tu hijo, cuál es tu motivo de vida ahora que el principal ya no está, y es ahí el momento en que empiezas a mirar para al lado preguntando y que pasaría si se muere.....? y seguidamente a ese pensamiento viene el llanto.
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